Autor: P. Paulo
Dierckx y P. Miguel Jordá
Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe
Tema 10:
El Apocalispsis
Queridos hermanos evangélicos:
Me extraña mucho que haya entre ustedes personas que
califican a otros como «el demonio» o no quieran dar la mano a alguien porque
dicen que tiene el «sello» en la mano derecha. Otros dicen que el Papa de Roma
tiene en la frente el número 666 y no faltan los que dicen que algunos
productos de comida tienen el sello del demonio en sus cajitas.
¡Qué ignorancia tan grande! Y lo peor es que todo lo
quieren justificar con la Biblia en la mano.
Hermanos y amigos, debemos leer bien la Biblia y no
interpretarla a nuestro gusto. La Sagrada Escritura no es un libro para meter
miedo, y menos aun para calumniar a personas inocentes con falsas
interpretaciones bíblicas. Es un pecado muy grave contra la Ley de Dios: «No
des falso testimonio contra tu prójimo» (Ex. 20, 16). ¿No dijo el apóstol
Pedro que debemos ser prudentes con nuestras interpretaciones bíblicas?: «Ninguna
profecía de la Escritura es algo que cada cual pueda interpretar por sí solo»
(2 Pedro 1, 20). Así que nadie por falta de comprensión diga tonterías con la
Biblia en la mano.
En esta carta les voy a hablar del número 666, del sello (o
marca) de la Bestia. En otras oportunidades les he hablado del «fin de los
tiempos» y del «anticristo». Conviene que lean primeramente con atención
esas cartas anteriores para comprender mejor la reflexión de hoy.
Tomen la Biblia y mediten con atención los textos bíblicos
que les voy a citar. No les quiero hablar con mentiras ni menos con verdades a
medias. Solamente que-remos buscar la verdad acerca de Dios y los hombres y es
esa verdad la que nos hará libres (Jn. 8, 32).
1. El Número 666
¿En qué libro de la Biblia aparece eso del sello? Este
texto aparece en Apocalipsis 13, 15-18.
Es un texto muy misterioso y difícil de comprender. Por eso
antes de explicar esta cita bíblica les debo decir algo acerca del libro del
Apocalipsis en general, si no, nunca vamos a comprender lo que el sagrado
escritor quiso decir a fondo.
¿Cómo debemos entender el libro del Apocalipsis?
Este libro fue escrito más o menos en el año 100 después
de Jesucristo. Eran tiempos difíciles para los cristianos porque el imperio
romano perseguía a todos los creyentes. Los cristianos vivían casi escondidos
y no podían hablar en público. Menos podían escribir y publicar sus cartas.
Por eso el autor de este libro, para animar a los creyentes, publicó su escrito
clandestinamente y usó una manera de escribir muy misteriosa, con signos e imágenes
que solamente los entendidos podían comprender. Esta forma de escribir se
llamaba «el estilo apocalíptico» (de revelaciones). Era una forma de escribir
muy común en aquella época. Con llamativas imágenes y grandiosas visiones
ficticias, el sagrado escritor quiere explicar «los últimos tiempos» que es
«la lucha del poder político romano contra los elegidos de Dios» (la Iglesia
de Cristo). Muchos signos, símbolos y cifras en forma muy sofisticada son como
un juego para que los lectores entendidos puedan reconocer su propia realidad e
identificar personajes u acontecimientos de aquel tiempo.
2. El gran mensaje
El gran mensaje de fondo del Apocalipsis es el siguiente:
Cristo resucitado es el centro de la historia; el mundo ahora es el escenario de
la lucha entre la Iglesia, encabezada por Cristo, y las fuerzas del demonio. Los
cristianos son llamados a dar un valiente testimonio.
Este escrito no es un libro para asustar, ni es un libro
terrorífico, sino que se trata de un libro de gran esperanza.
Hermanos, cuando leemos este libro debemos siempre buscar
este sentido profundo y no debemos tomar al pie de la letra las imágenes, los
signos, o los símbolos. Son visiones e imágenes inventadas por el escritor
para entregar un mensaje muy profundo.
¿Qué dice el texto de Apocalipsis 13, 16-18?
Leemos: «La bestia ha logrado, asimismo, que a todos,
grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les ponga una marca
en la mano derecha o en la frente; y nadie podrá comprar ni vender si no está
marcado con el nombre de la bestia o con la cifra de su nombre. Aquí verán quién
es sabio. Si ustedes son entendidos, interpreten la cifra de la bestia. Se trata
de un hombre y su cifra es 666».
Hermanos, la primera lectura de este texto nos parece muy
extraña, es muy difícil comprender este texto tal como está. Pero debemos ver
estos versículos en todo su contexto.
3. El significado
¿En qué contexto aparece este texto?
Este texto es una parte de una gran visión en el cielo que
nos narra Juan en los capítulos 12 y 13 de su libro. Es la gran visión de la
batalla de la mujer contra el dragón y las dos bestias. Encontramos aquí
muchos símbolos, signos que se refieren a personajes y acontecimientos de aquel
tiempo.
Esta visión de Juan trata de la batalla final contra Satanás.
Se presentan las dos tropas que van a pelear: por un lado la mujer (= el pueblo
de Dios) y, por el otro, el dragón (=Satanás) con sus dos aliados en la
tierra: una bestia que viene del mar (que representa el poder político romano,
que persigue a los cristianos) y otra bestia que viene de la tierra (que
representa las falsas religiones que competían con el cristianismo). Como hemos
dicho, son todas imágenes fantásticas y visiones ficticias que se refieren a
hechos concretos de aquel tiempo.
La segunda bestia (la de las falsas religiones) es la que está
marcada con el 666 (Apoc. 13, 11): Este texto nos hace ver que esta segunda
bestia se parece al Cordero, pero hablaba como el dragón (=el monstruo, el
demonio). Es la figura de las falsas religiones que competían con el
cristianismo. Falsas religiones que ofrecían una religión celestial, pero que
no condenaban los pecados de la primera bestia (=los pecados del mundo romano y
su corrupción), vers. 11: «Esta bestia hablaba con el monstruo». Esto es muy
importante: quiere decir que son falsas las religiones que tienen a Jesús en la
boca pero callan sistemáticamente la injusticia y predican la resignación al
mal y la sumisión al poder terrenal. En todos los tiempos y sobre todo en los
sistemas dictatoriales, ha habido personas que «han hablado con el monstruo».
Es decir, que han buscado halagarlo y aplaudirlo sin importarles los crímenes
cometidos por él. Eso se ha dado también en Chile tanto de parte de católicos
como de evangélicos. ¡Qué responsabilidad tan grande la de quienes en lugar
de ser luz por denunciar abusos y atropellos vendieron su conciencia por un
plato de lentejas! Este es el sentido apocalíptico de «hablar con la bestia»
y la tentación del cristiano de todos los tiempos.
4. El servilismo religioso
Vers. 14: «Aconseja que hagan una estatua de la primera
bestia». Quiere decir que estas falsas religiones se hacen servidoras de la
primera bestia (del poder político romano). Son religiones oportunistas que se
hacen servidoras de los señores del mundo, predican la sumisión religiosa a
las autoridades sin condenar el mal que producen muchos sistemas políticos y
económicos. Ellas convierten, sin darse cuenta, el poder político en un falso
dios (=estatua, o ídolo de barro).
Vers.17: Este falso dios puede proteger y condenar a
quienquiera, puede dar pan y vender a quien tiene el sello, a quienes son
aliados suyos. A esto se refiere la marca: son los aliados de los poderosos de
este mundo, y los no-aliados (los que no tienen la marca o el sello) no pueden
comprar ni vender. (También nosotros lo vivimos muy de cerca).
Vers. 18: «La cifra de esta segunda bestia es 666». En
muchos escritos de aquel tiempo era común dar una cifra a cada letra del
alfabeto y se lograba así escribir con cifras los nombres de algunos
personajes. Era como un juego que el lector tenía que descifrar.
5. ¿Cómo descifrar el enigma?
La cifra 666 se puede calcular de varias maneras, pero
corresponde, sin duda, a algún emperador romano, posiblemente a Nerón que con
sus locuras mataba a los cristianos que eran para él igual que perros.
La forma más aceptada de interpretar el 666 es la siguiente:
La cifra 7 es el símbolo de la perfección (representa en
lenguaje actual al alumno que se sacó un 10).
La cifra 6 es el signo de lo imperfecto, representa al que
trató de ser 7 y no alcanzó a serlo.
El 7-1=6 es el imperfecto, es el malo. La cifra 3 significa
la plenitud.
Ahora bien 3 veces 6 es la plenitud de lo imperfecto, es la
plenitud de lo malo. En este caso le vendría perfectamente a Nerón.
Nos damos cuenta de que este dato de 666 debió ser tomado
como puzzle para buscar al hombre perverso de aquel tiempo.
Ahora bien, hermanos, es una locura, como lo hacen algunos
contrarios a los católicos, aplicar a la fuerza esta cifra al Papa, como si
Pedro, el primer Papa de la Iglesia de Cristo, y sus legítimos sucesores
debieran identificarse con el emperador romano que mataba a los cristianos.
Estas fantasías de los anticatólicos no tienen nada que ver con la Biblia. Hay
mucho más que podría escribir acerca de este tema, pero creo que esto es
suficiente para comprender estos textos en su verdadero sentido.
Es muy doloroso ver que algunos indican con el dedo al Papa
-una persona tan bien intencionada entre nosotros- y le dan el título de «el
demonio» o «la bestia». Siempre ha existido esta maldad, que es producto de
la ignorancia atrevida. No olvidemos que cuando Jesús expulsaba a los demonios
y hacía el bien a todos, los mismos fariseos (gente muy religiosa de aquel
tiempo) lo acusaban como el hombre poseído por Belcebú, el jefe de los
demonios (Mc. 3, 22).
Cuesta pero es así que debemos practicar las palabras de Jesús
desde la cruz: «Padre, perdónales, que no saben lo que hacen» (No saben lo
que dicen).
Pero si al Maestro lo calumniaron así, ¿qué les tocará a
sus seguidores? «Todo el mundo los va a odiar ustedes por mi causa: pero el que
siga firme hasta el fin éste será salvado» (Mt. 10, 22). «Ningún discípulo
es más que su Maestro» (Mt. 10, 24).
Para
terminar, una última palabra para aquellos que usan la ignorancia de gen-te de
buena voluntad para meterles cosas raras y tonterías en la cabeza y así
condenar y calumniar a medio mundo. «Cualquiera que hace caer en pecado a uno
de estos más pequeños que creen en mí, mejor le fuera ser hundido en lo
profundo del mar con una piedra de molino amarrada al cuello. ¡Qué malo es
para el mundo que haya cosas que hacen pecar al hombre! Siempre habrá escándalos
pero pobre del hombre que sea causa de ellos» (Mt. 18, 6-7).
¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a las sectas?
Ante el embate de las sectas corremos el peligro de
reaccionar bruscamente y con poca caridad. Ciertamente hay que enfrentar el
problema pero en forma positiva.
1)
No hemos de usar nunca el ataque directo y exaltado porque esto iría
contra el gran mandamiento del amor fraterno.
2)
Para el cristiano el mejor camino será siempre presentar la verdad con
amor e invitar a seguir el verdadero camino de Cristo.
3)
Usar un sano discernimiento, rechazando lo malo que vemos en ellos y
aprovechando lo que es bueno y valioso para integrarlo y vivirlo en nuestros
grupos.
4)
Presentar claramente los peligros de las sectas que son muchos: -Las
sectas manipulan la Palabra de Dios al interpretarla literalmente y al servicio
de sus propios intereses. -No aceptan la libertad de decisión religiosa de las
personas y alienan con presión moral y con métodos de coacción. -Caen en el
subjetivismo y se dejan arrastrar irreflexiblemente por un gran culto a la
persona del líder. -Confunden la emoción con el ser buenos cristianos y no son
críticos ante la Biblia, ni ante la política y la sociedad.
5)
Hemos de tratar de ser cada vez mejores católicos evitando los
defectos en la forma de vivir nuestra religión y cambiando todo aquello que
anda mal.
6)
A los católicos y cristianos en general nos corresponde conocer y
vivir mejor la doctrina cristiana. Hemos de activar nuestros grupos y formar más
comunidades fraternas y responsables que sean más bíblicas y apostólicas.
7)
Todo católico ha de permanecer firme en las filas de la Iglesia Católica,
ya que solamente por medio de la Iglesia Católica podemos alcanzar la plenitud
de los medios de salvación.
8)
Es fácil constatar cómo las sectas atacan a la Iglesia Católica.
Nosotros, siguiendo la Ley de Cristo, tratemos de devolver bien por mal y
bendición por maldición. Busquemos lo que nos une y no lo que nos separa. Que
nunca salga de nuestros labios una ofensa o un insulto hacia los que no creen
como nosotros. Tenemos que orar al Padre de los cielos para que, llevados de su
Santo Espíritu, se restablezca en la Iglesia la unidad perdida.
Cuestionario:
¿Cómo interpretan el Apocalipsis algunas sectas? ¿Qué le hacen decir a la Biblia? ¿Cómo hay que interpretar el número 666 del Apocalipsis? ¿Es lícito aplicarlo al Papa? ¿Hasta dónde llegan algunas sectas en la interpretación de este texto en el afán de dar vuelta a los católicos? ¿Qué dijo Jesús referente a los que escandalizan «a los más pequeños»? ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a las sectas?