PEDRO HISPANO
Datos biográficos. Filósofo, teólogo, médico y, finalmente, Papa con el nombre
de Juan XXI. Su verdadero nombre era Petrus Iulianus, de la familia de los
Rabello, de Lisboa. Tal vez nació entre 1210 y 1220 en Lisboa (no en Toledo,
Burgos o Santiago de Compostela como quieren algunos). Estudió en París, siendo
discípulo de Guillermo de Shyreswood, de quien heredó su entusiasmo por la
Lógica. Parece que se graduó en todas las facultades parisienses, incluida la de
Medicina en la que particularmente descolló, siendo profesor de esta materia en
Siena.
En 1261 le vemos firmar un documento como Deán de Lisboa. En 1268 el papa
Gregorio X, le nombra su médico. El Capítulo de Braga de 1273 le hace arzobispo
y el mismo Papa, Cardenal, reteniéndole en su corte. A Gregorio X suceden dos
breves papados: el de Inocencio V y el de Adriano V. Muerto este último, P. H.
es elegido Papa en el cónclave celebrado en Viterbo, en septiembre de 1276,
tomando el nombre de Juan XXI.
Durante su breve pontificado intervino en diversos asuntos políticos
europeos (la sucesión en el Sacro Imperio, la paz entre Felipe el Atrevido y
Alfonso de Castilla, la Cruzada) y dentro de la Iglesia, prosigue las
negociaciones ya antes iniciadas, con Miguel Paleólogo de Constantinopla, con el
fin de llegar a la unión de las Iglesias Latina y Griega (lo cual no consiguió);
fomentó la obra misional y ayudó económicamente a los estudiantes clérigos y
seglares, para proseguir sus estudios. La época de su Pontificado, coincide con
las luchas antiaristotélicas: intervino en ellas con la condenación de 1277. El
14 mayo 1277, estando en su palacio de Viterbo, le cayó una techumbre
ocasionando su muerte. Durante su Pontificado, no descuidó el estudio, dedicando
sus ratos libres a escribir algunas de sus obras.
Escritos. En el momento en que vivió P. H., ya se conocía toda la obra
lógica de Aristóteles (v.) pues se había completado en el s. XII (V. MEDIA, EDAD
III, 3). A este cuerpo de doctrina se le añadió un apéndice, «lógica parva» o
«parva logicalea» (en oposición a la «Lógica magna» del Estagirita), consistente
en una estructuración mnemotécnica de los procedimientos lógicos y en un
análisis de la significación de los términos, del valor de los argumentos, del
carácter sofístico de algunas demostraciones, etc. Con ello se abre paso la
«lógica modernorum» y el nominalismo (v.) y terminismo (v.) del s. xiv. Pues
bien, el primero que escribe un breve tratado con este conjunto total lógico es
P. H.: Summulae logicales (editadas por I. M. Bochenski en Turín 1947). Esta
obra tuvo una amplísima difusión, y de ella derivan los versos y palabras
mnemotécnicas de la lógica formal clásica (v. LÓGICA I, 3). «Prantl reseña hasta
48 ediciones de las Summulae logicales a partir de 1480. En muchos estatutos
universitarios de los s. XIV y XV se preceptúa de un modo táxativo la lectura de
los textos de Pedro Hispano, declarados oficiales en las Facultades de Artes,
primero en París y luego en otras Universidades. Una aceptación tan unánime del
compendio de Pedro Hispano como texto escolar, fue favorecida por el cárácter
meramente formal de su doctrina lógica, que le hace compatible con las diversas
tendencias filosóficas. Realistas y nominalistas apelaron en sus luchas
dialécticas a la autoridad de Pedro Hidalgo» (G. Fraile, o. c. en bibl., 163).
P. H. comenta, además a Aristóteles (el De anima, Parva naturalia,
Historia Animalium). Dentro de sus comentarios y tratados sobre el alma, hay que
distinguir: Scientia libri de anima (que Grabmann considera el mejor trabajo
filosófico de P. H.), Quaestiones libri de anima y Expositio libri de anima, que
junto con el Liber de morte el vita y el Liber naturalis de rebus principalibus
naturarum, han sido editados por M. Alonso (Pedro Hispano, Obras filosóficas,
Madrid 1941-52) el cual afirma que es P. H. el primer comentarista latino del De
anima de Aristóteles. En Teología siguió la línea tradicional del «agustinismo»
contra el aristotelismo averroísta (V. AVERROÍSTAS); rechazó expresamente el «monopsiquismo».
Se ha descubierto ser suyo el comentario al pseudo Dionisio, que figuraba a
nombre de Escoto Eriúgena (Pedro Hispano, Exposigáo sobre os livros do beato
Dionisio Areopagita, editado por M. Alonso, Lisboa 1957). Otra obra teológica
son los Sermones praedicabiles.
Escribió también diversos comentarios médicos a H¡pócrates, Galeno,
Aristóteles, Humayn ibn Ishaq, Isaac Israel¡, etc., aparte de algunos tratados
originales sobre oftalmología, De oculis, Regimen sanitatis, etc. Pero la obra
médica de P. H. que más eco tuvo, comparable a las Summulae logicales, es el
Thesaurus pauperum, breve pero completo libro de texto médico, para uso de
estudiantes de medicina pobres que no podían adquirir las voluminosas obras de
la materia.
La importancia de P. H. reside, pues, en su obra médica y en su aportación
a la lógica (aparte de su labor como Papa). Heredero y seguidor de Aristóteles,
Boecio, Avicena, prevalece en su metodología científica lo empírico sobre lo
racional, tomando de Aristóteles, en el plano racional, la abstracción (v.)
interpretada con la iluminación de Avicena (v.).
BIBL.: Aparte de las ed. citadas, la de M. ALONSO, Pedro Hispano. Obras Filosóficas, 3 vol. Madrid 1941-1944-1952, tiene amplias introd. y bibl. (además de la ed. de los textos); T. y 1. CARRERAS Y ARTAU, Historia de la Filosofía española, 1, Madrid 1939, 101-144; J. FERREIRA, os estudos de Pedro Hispano, «Colectánea de Estudios», 1954; G. FRAILE, Historia de la filosofía española (hasta fines del s. XVII), Madrid 1971, 161-166 (con más bibl.).
J. LOMBA FUENTES.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991