Poeta, dramaturgo y ensayista francés, n. en Villeneuve-sur-Fére-en-Tardenois
el 6 ag. 1868 y m. en París el 23 feb. 1955. Hijo de un funcionario y de
una campesina, fue el benjamín de una familia compuesta por dos hermanas
más. En su obra el autor recordará los años de su infancia con cierta
amargura. Ello se debe, por una parte, a la manifiesta hostilidad que
sentía hacia su padre y, por otra, a la falta de ternura que su madre le
dispensaba. Del ambiente familiar, el joven C. se evade replegándose sobre
sí mismo e iniciando sus primeros pasos en poesía, que dice haber empezado
a cultivar hacia los cinco o seis años. Tal vez la única confidente
posible durante este primer periodo- fuera su hermana Camille, casi cuatro
años mayor que él, la cual será un personaje clave en toda la obra del
escritor.
Adolescencia y conversión al catolicismo. Tres hechos fundamentales
condicionaron su adolescencia: las lecturas de la Vie de fésus de Renan y
de La foie de Vivre (La alegría de vivir) de Zola, junto con la visión de
la muerte de su abuelo, que crean en él un estado angustioso, ya que a una
vida sin sentido le corresponde la nada en el más allá. A los 16 años
entró en el liceo Louis-leGrand, en donde fue un alumno brillante; su
crisis espiritual pasó desapercibida incluso entre sus amigos. En 1885
comenzó sus estudios de Derecho. El año siguiente será el más importante
de su vida: según nos dice, la lectura de las Illuminations y de Une
Saison en Enfer (Una temporada en el infierno), ambas de Rimbaud (v.), le
descubrirán la existencia de lo sobrenatural; en la Navidad de este mismo
año, en la iglesia de Nótre-Dame de París, mientras escuchaba el
Magnificat, se le reveló la existencia de un Dios personal que le tendía
los brazos. Sin embargo, las obras que escribió en los cuatro años que
siguieron a su conversión están marcadas por una agitación espiritual
producida por el deseo de conciliar con alguna religión concreta la verdad
revelada, de lo que es ejemplo Larmes sur la joue vieille (Lágrimas sobre
la vieja mejilla), 1887. La primera obra importante de C. es Téte d'Or
(Cabeza de oro), 1889, poema dramático inspirado en la vida del autor, en
el que se busca ansiosamente la felicidad terrena sin encontrarla; a
partir de esta obra C. utiliza un nuevo tipo de verso que empleará en
muchos de sus escritos. También supone el fin de una gran crisis y la
aceptación total de la verdad revelada en Nótre-Dame. En 1890 es admitido
en el ministerio de Asuntos Extranjeros, en el departamento de Comercio.
En abril de 1893 llega a Nueva York en calidad de vicecónsul. Escribe la
obra dramática más concisa y más rápida de toda su producción L'Echange
(El cambio), en la que aparece representado en cada uno de los personajes,
en diálogo consigo mismo.
Actividad diplomática y de escritor. La segunda versión de Téte d'Or
fue escrita en 1894; al año dejó los Estados Unidos y marchó a China, en
donde compuso Vers d'eXIl (Versos del destierro). En marzo de 1886 fue
destinado a diferentes puestos diplomáticos del Extremo Oriente, hasta
1899, en que haciendo un peregrinaje por Tierra Santa volvió a Francia en
enero de 1900. En estos momentos tenía 32 años. Pretendió entrar en el
noviciado de Lugugé, pero se le aconsejó esperar; esta respuesta le
descorazonó. En 1905, escribió Partage de Midi (Crisis del mediodía), obra
dramática cuyo tema fundamental es la caída en el pecado del hombre que
trata de encontrar a Dios. En 1906 se casó con Reine SainteMarie Perrin,
partiendo inmediatamente hacia el Extremo Oriente. De estos años en China
son sus obras L'Esprit et 1'eau (El espíritu y el agua), 1906, Magnif icat
(1907), La Muse qui est la Grdce (1907), y La Maison fermée (La casa
cerrada), 1908. Volvió a Francia en 1909, siendo nombrado cónsul en Praga,
donde empezó la primera obra de una trilogía compuesta por L'Otage (El
rehén), 1909-10, Le pain dur (El pan duro), 1913-14 y Le Pére humilié (El
padre humillado), 1915-16. La intención de esta trilogía está prevista
desde el comienzo del primer libro; en ella pretendió, por primera vez,
crear personajes objetivos, aun cuando se dude de la creencia del autor en
esta objetividad, al plasmar en dicha obra un problema profundamente
personal. L'Annonce faite á Marie (1910-11), canto hecho a la abnegación y
al sacrificio, es una obra dramática que despertó grandes entusiasmos; en
este mismo año empieza Cinq grandes odes.
En 1911 fue nombrado cónsul general, marchando posteriormente a
Francfort, en donde permaneció dos años. Acabó allí de componer la Cantate
á trois voix (1911-12), en donde mejor nos ha comunicado el sentido de un
amor con reminiscencias supraterrenales. En 1917 fue destinado a Río de
Janeiro; su estancia en Brasil fue de gran productividad: La Messe lá-bas
(La Misa en presidio) de 1917, y Sainte-Geneviéve y algunos poemas de
Feuilles de sannts (Hojas de santos) de 1918. Le Soulier de Satin (El
zapato de raso), 1919-24 es una compleja obra dramática desarrollada en el
Renacimiento, uno de los periodos más importantes del cristianismo, según
C. En esta obra nos pretende dar en cuatro largas jornadas una visión
global de la vida de las personas y de sus relaciones con Dios; el
personaje principal, Rodrigue, es el que se plantea el sentido que puede
tener la vida en momentos de duras pruebas para el autor. Estos años
fueron de una actividad diplomática excepcional (Japón, Estados Unidos,
etc.), con viajes continuados a la capital francesa. De su producción en
esta época destacan: La Femme et son ombre (La mujer y su sombra), 1922, y
Le Livre de Christophe Colomb (1927).
Después de abandonar los Estados Unidos y ser nombrado embajador en
Bruselas, se inició en la crítica artística con dos obras de interés: Un
poéte regarde la Croix (Un poeta mira la cruz), 1933-35, e Introduction á
la peinture hollandaise (1934). En 1935 terminó su carrera diplomática y
se instaló en París. A estos últimos años pertenece un gran número de
trabajos y comentarios sobre la Biblia, de los que sobresale Introduction
au Livre de Ruth, en el que estableció reglas para interpretar los textos
sagrados; no considera que sus interpretaciones tengan un carácter
objetivo, sino que son, simplemente, conclusiones individuales de un
creyente.
La obra de C., en su totalidad, refleja su trayectoria vital:
experiencias familiares, crisis religiosas, búsqueda ansiosa de una verdad
que le proporcione la alegría de vivir y, por último, la reafirmación de
esta verdad que le llega en su madurez. Toda una simbología está presente
en su obra en torno a la mujer, lo cual se contradice con su pretensión de
creerse cultivador de un teatro realista. Numerosos críticos han estudiado
el problema de esta simbología sin llegar a conclusiones definitivas. Para
él, la mujer representa siempre el alma humana, la Iglesia, la Virgen y la
Sagrada Sabiduría y, por tanto, en cierto modo es inaccesible. Por otra
parte, debe tenerse en cuenta que la obra de C. no pretende un estudio de
personas y de ambientes, sino que es la transposición de sus propias
meditaciones religiosas elevadas a categoría literaria. La mayor parte de
su producción literaria está impregnada de una aguda inquietud religiosa
con características más poéticas que filosóficas, ya que sus convicciones
estaban asentadas en experiencias vitales y no en conclusiones elaboradas
a partir de esquemas teológicos.
BIBL.: P. CLAUDEL, Théátre, 2
vol. París 1956; ID, Oeut,re poétique, París 1957; lo, Oeuvres en prose,
París 1965; W. GRENZMANN, Problemas y figuras de la literatura
contemporánea, Madrid; A. MAUROIs, De Proust a Camus, Barcelona 1967; M.
HENRíQUEZ UREÑA, De Rimbaud a Pasternak, México 1960; L. BARION, Paul
Claudel, Buenos Aires 1953: J. BARBIER, Claudel, poéte de la priére, París
1962; L. CHAIGNE, Paul Claudel, poeta del simbolismo católico, Madrid
1963; P. A. LESORT, Claudel visto por sí mismo, Madrid 1970.
FRANCISCO J. HERNÁNDEZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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