Cardenal, fundador de la JOC (Juventud Obrera Católica). N. el 18 nov.
1882 en una humilde familia obrera de Schaerbeek (Bélgica). Su padre,
analfabeto, era vendedor de carbón, su madre, sirvienta. A los 14 años
ingresó en el seminario menor de Malinas. Al volver de vacaciones al
pueblo constata un hecho, que es para él una revelación: sus compañeros le
miran con recelo. «Con el tiempo tú serás nuestro enemigo», le dicen. «Te
unirás a los ricos...» Por otra parte observa cómo, a medida que dejan la
escuela primaria y comienzan a trabajar, abandonan las prácticas
religiosas y se alejan de la Iglesia. La muerte prematura de su padre, a
consecuencia del excesivo trabajo, terminó de decidir su vida. Junto a su
cadáver juró entregarse a la clase obrera. En 1906 fue ordenado sacerdote
por el card. Mercier (v.). Tras una breve estancia en la Univ. de Lovaina
y cinco años de profesorado en el seminario de Basse-Wavre, es nombrado
coadjutor de la parroquia de N. S. de Laecken, en Bruselas. Ya puede
comenzar a poner en práctica sus planes. Reúne en torno suyo a un grupo de
muchachas y muchachos a quienes comunica sus ilusiones: promocionar en
todos los planos a los jóvenes trabajadores. La consigna que les da es:
«si tenéis fe, conquistaremos el mundo». C., en realidad, no piensa
entonces fundar un movimiento. Sin embargo, en estos primeros tanteos
emplea ya acciones y métodos que más tarde caracterizarán a la JOC.
La I Guerra mundial paraliza su actividad. Los dos años que pasa en
la cárcel le permiten reflexionar y madurar las líneas maestras del
movimiento juvenil obrero y, al terminar aquélla lanza de nuevo a sus
jóvenes a la conquista para Cristo de sus compañeros de trabajo. El cerco
de incomprensión en torno a sus actividades se hace cada vez más cerrado.
Los párrocos de Bruselas le consideran «un animal venenoso», «un
socialista» y, por tanto, un mal sacerdote. Se le acusa de clasista. Los
sindicatos por una parte y la Acción Católica, por otra, se manifiestan
abiertamente contra su obra. C. no cede en su empeño y al fin triunfa en
todos los frentes. Con la bendición de Pío XI y la aprobación oficial del
episcopado belga nace en 1925 la JOC. C. es nombrado su primer consiliario
general.
A partir de este momento la vida de C. se identifica totalmente con
su obra. En 1927 nace la JOC francesa en la barriada industrial parisina
de Clichy. En 1928 la JOC llama poderosamente la atención con una encuesta
sobre la seguridad de los jóvenes trabajadores. En 1929 C. se presenta
ante Pío XI con 1.500 jocistas. Con motivo de la gran depresión mundial,
organiza en 1933 una campaña para ayudar a los jóvenes obreros parados,
consiguiendo presentar a los organismos internacionales 80.000 firmas de
obreros, pidiendo medidas concretas para la rehabilitación física y moral
de éstos. En 1935 tiene lugar en Bruselas el primer congreso de la JOC.
Durante la II Guerra mundial C. y sus jocistas despliegan una intensa
actividad en defensa de toda clase de necesitados, y se oponen
resueltamente al nacionalsocialismo (v.), lo que le merece el cautiverio.
Pasada la guerra, la JOC se extiende rápidamente por todo el mundo. El 22
feb. 1965 C. es nombrado cardenal por Paulo VI. A su muerte, 25 jul. 1967,
la JOC se hallaba oficialmente organizada en 78 países de los cinco
continentes.
La vida y obra de C. han estado siempre guiadas por una idea. C. ve
claro desde el principio el problema cristiano de la juventud obrera y
dedica incansable su larga vida a solucionarlo. La cristianización de los
jóvenes obreros la han de hacer los mismos jóvenes obreros: «entre ellos,
por ellos. y para ellos». Esta cristianización ha de abarcar a todo el
hombre, «éste ha de realizar la verdad de la fe en la verdad de su vida».
La dignidad cristiana presupone la dignidad humana y no se conseguirá ésta
en el obrero si no se revaloriza y da sentido al trabajo. El método de
acción de C. se puede resumir en la célebre trilogía: ver, juzgar, actuar,
que él enseñó a sus jocistas y que se ha convertido en patrimonio de toda
la Iglesia.
V. t.: ACCIÓN CATÓLICA; OBRERO II.
BiBL.: Obras: El joven trabajador y la joven trabajadora ante la
vida, Madrid 1960; La hora de la clase obrera, Buenos Aires 1952; Los
jóvenes obreros ante el matrimonio, Madrid 1959; Laicos en primera línea,
Barcelona 1965.
Estudios: VARIOS, Cardijn: Testimonio y Mensaje, Barcelona 1964; G.
ROSÓN, Cardijn, un profeta para nuestro tiempo, «Mundo Social» 147 (1967)
2-7; J. MEERT y T. MALAGóN, Cardijn, Santiago de Chile 1968.
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