CANÁ DE GALILEA
Población donde Jesús realizó su
primer milagro, convirtiendo el agua en vino, con motivo de unas bodas a
las que asistía con la Virgen María y sus discípulos.
Nombre y localización. Recibió el nombre de C. de G. para
distinguirla de otra C. existente en Aser, a pocos kilómetros de Tiro.
El hebreo qanah significa «caña», «junco».
El A. T. no menciona esta población, y tampoco los evangelios
sinópticos. Únicamente S. Juan nos habla de ella, en tres ocasiones: la
primera (lo 2,111) en el relato del primer milagro de Jesús con el que
comenzó su vida pública, después de su Bautismo; la segunda (lo 4,4654)
al narrar el encuentro con el funcionario real que tenía un hijo enfermo
en Cafarnaúm (v.), al cual curó Jesús desde C. de G.; la tercera (lo
21,2) al hablar del apóstol Natanael, es decir, Bartolomé (v.), que era
de C.
Su localización es muy discutida por los palestinólogos. Dos son
los puntos que se dan como asiento de la ciudad del Evangelio: Kafr
Kenna, a 8 Km. al NE de Nazaret, junto a la carretera que desde esta
ciudad conduce a Tiberíades, y Jirbet Qana, en la parte septentrional de
la llanura del Battof, a 14 Km. al N de Nazaret. La opinión más
extendida se inclina hacia Kafr Kenna que es el emplazamiento señalado
por la tradición reciente. Los primeros en identificarla con la C.
evangélica fueron los griegos ortodoxos en el s. xvi, quienes
construyeron allí una iglesia junto a la mezquita, la cual suponían
ocupaba el lugar donde estuvo la sala de las bodas; a partir del s. xvli,
los franciscanos siguen en esto a los griegos edificando otra iglesia en
Kafr Kenna, hasta que en 1879 pudieron hacerse con la mezquita, donde
hoy levantan su iglesia, que se muestra a los peregrinos como el santo
lugar de las bodas de C. de G. Sin embargo, algunos investigadores como
Robinson y, entre los más recientes, el P. Abel y C. Kopp, prefieren la
localización en Jirbet Qana, que hoy es un montón de ruinas.
Kafr Kenna tiene a su favor la existencia de un manantial de donde
pudo salir el agua con que se llenaron las ánforas, agua convertida en
vino por el Señor, y la existencia de ruinas de iglesias; asimismo se
cuenta como dato favorable el hecho de constituir una ciudad en la ruta
natural de Nazaret a Tiberíades. Los partidarios de Jirbet Qana alegan
su nombre, que coincide más exactamente con el evangélico, por el hecho
de que hubo también otra ruta al lago de Tiberíades que pasaría por
aquí, y porque, en su opinión, no está claro si la fuente que proveyó el
agua del milagro era un pozomanantial o un pozocisterna, en cuyo caso
podría colocarse en este punto, ya que quedan ruinas de cisternas en
forma de pozo. Aún no se han hecho verdaderas excavaciones en Jirbet
Qana, las cuales podrían quizá indicar algo más definitivo.
El examen de los relatos de los peregrinos debería aportar mayor
luz en esta discusión, pero, aunque los palestinólogos los han estudiado
a fondo, las conclusiones a que han llegado son totalmente dispares. Las
palabras de Flavio Josefo referentes a C., p. ej., indican, sin lugar a
dudas, para Le Camus, la actual Kafr Kenna, mientras que para C. Kopp
señalan con la misma seguridad a Jibert Qana. Los documentos de la época
de los cruzados parece cierto que se refieren a este último punto,
mientras que algún texto de los más antiguos, como el de S. Paula en el
s. iv, parece referirse más bien a Kafr Kenna. El más reciente
investigador de la localización de C., Clemens Kopp (v. bibl.), acérrimo
partidario de Jirbet Qana, se esfuerza por señalar que ninguno de los
textos de las épocas bizantina y medieval excluyen realmente la
interpretación favorable a Jirbet Qana, al tiempo que identifica el
lugar de la actual iglesia de los franciscanos en Kafr Kenna como
anterior asiento de una sinagoga. Por tanto, dice, si esta ciudad actual
fuera idéntica a la evangélica C., habría que buscar la sala de las
bodas en otro lugar de la aldea.
Las bodas de Caná. Los aspectos apologéticos del milagro de la
conversión del agua en vino durante las bodas de C. han sido analizados
por muchos autores. Se destaca fundamentalmente el carácter de «signo»
que habla de la grandeza de Cristo, del testimonio que el Padre le hace
de su divinidad y de su misión (V. JESUCRISTO III); el milagro encuadra
a Cristo en un halo sobrenatural. Otro aspecto importante de este
milagro se refiere a la santificación del matrimonio (v. MATRIMONIO IV);
IOs Santos Padres lo han destacado frecuentemente; la asistencia de
Cristo y María a unas bodas, santificándolas con su presencia y
rubricándolas con un milagro a favor de sus regocijos, son prueba
palpable de la santidad de la institución matrimonial. También hablan
los autores de un simbolismo doctrinal, viendo en el vino milagrosamente
dado un símbolo de la nueva, sobrenatural y generosa doctrina que Cristo
trae; y de un simbolismo sacramental referido a la sangre eucarística,
una orientación hacia la Eucaristía (v. EUCARISTÍA II). El valor
mariológico implicado en la escena de las bodas pertenece a la
elaboración teológica. Es un caso concreto del valor mediador de María
(V. MARÍA II, 6). V. t.: GALILEA.
J. L. LACAVE RIAÑO.
BIBL.: C. KOPP, Die Heiligen Stiitten der Evangelien, Regensburg 1959, 184195; íD, Das Kana des Evangeliums, Colonia 1940; F. M. ABEL, Géographie de la Palestine, II, 2 ed, París 1938, 291292, 412413; E. LE CAMUS, Cana de Galilée, en DB II, 110118; M. DE TUYA, Biblia Comentada, V, Madrid 1964, 9971013.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991