NTRA. SRA. DE LA ROGATIVA Patrona de MORATALLA (Murcia)
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El burgo de Moratalla se
extiende a los pies de las más altas cumbres de la Región Murciana,
un enclave de gran riqueza paisajística, pero también cargado de
historia y antiguas leyendas que aún siguen muy vivas en el espíritu
de sus gentes. Actualmente constituye uno de los municipios más
pintorescos de la provincia, recibiendo gran número de turistas
atraidos por sus montañas, su patrimonio monumental y sus
tradiciones. La villa puede presumir de ser uno de los pocos lugares
donde ha tenido lugar la aparición milagrosa de Jesucristo, acaecida
a finales del siglo XV en el emblemático monte Benámor. Pero éste
no ha sido el único hecho sobrenatural del que se tiene constancia en
Moratalla, pues la Virgen protagonizó igualmente una aparición que
ha dado lugar a la advocación de Ntra. Sra. de la Rogativa, venerada
desde entonces como patrona.
Según las crónicas, el
5 de mayo de 1535, a 30 kilómetros de la ciudad, el joven Ginés Martínez
de Cuenca apacentaba sus rebaños en uno de los abruptos valles que se
abren en el extensísimo territorio moratallero. Al atardecer, comenzó
a caer una lluvia tan copiosa que tuvo que buscar abrigo para pasar la
noche y, durante el sueño, vino a turbarle varias veces una visión
en forma de mujer. Se levantó muy de mañana preocupado con su ensoñación,
marchándose a revisar las tierras que en aquel paraje poseía por ver
lo que había profundizado la continua lluvia de la noche. Llegó al
sembrado, donde llamó su atención una porción cuyas espigas
contrastaban en verdor con el resto. Su asombro se acrecentó cuando
una paloma blanca cruzó ante sus ojos, iluminándose el lugar y
apareciendo al fin la imagen de la Virgen. Acto seguido habló al
pastor, encomendando que previniera a los habitantes de Moratalla para
que fuesen más caritativos y hospitalarios con los necesitados, pues
su Hijo estaba indignado hasta el extremo de privarlos de la lluvia que
ansiaban para sus campos; que ella, había conseguido después
de grandes esfuerzos una pequeña tregua, obteniendo la lluvia del día
anterior. Por último, pidió que se hiciese en aquel sitio una ermita
con el nombre de Nuestra Señora de la Rogativa, "pues no traía
otra misión que rogar a su Hijo en bien de los pecadores",
desapareciendo y dejando allí grabadas sus plantas como testimonio de
la aparición.
El joven pastor
transmitió el mensaje de la Virgen y el acontecimiento pronto alcanzó
tal fama que acudían hasta el paraje infinidad de peregrinos, muchos
de ellos enfermos. Según cuenta la tradición, bastaba formar un poco
de barro con la tierra donde la Virgen fijó sus pies que, aplicándola
con fe al enfermo, sanaba en el acto. En el lugar de la aparición se
levantó un templete y, ocupando un promontorio cercano, el santuario
solicitado. Se documenta la existencia de la iglesia actual desde
1576, sufriendo algunas reformas y constituyendo aún hoy todo un
lugar de peregrinación.
Las fiestas en honor de la
Rogativa tienen como acto señalado el traslado de la Virgen a la
ciudad y su posterior retorno, romerías que se llevan a cabo en
varias etapas por la gran longitud que ha de recorrerse. En cada
jornada se realiza un tramo del camino, llegando hasta la aldea
donde pernoctará la imagen y en la que los vecinos organizan una
fiesta de bienvenida. Resulta muy típico el baile de los romeros
al compás de las "cuadrillas de animeros", así como la realización
de pujas por llevar las andas. La Virgen vuelve a su santuario el
último domingo de mayo, siendo entonces llevada hasta el templete de
la aparición, concluyendo la jornada en los alrededores de la ermita
con una multitudinaria fiesta.
Foto y Texto enviados por G.N.
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