Bautismo
"En
la epístola a los Hebreos se dice: Que es imposible que los que una vez fueron
iluminados, y después cayeron, sean renovados segunda vez por la penitencia.
Esto no quita a los pecadores el recurso de la penitencia, sino que enseña que
el Bautismo de la iglesia es uno y no se reitera, Porque el Apóstol hablaba con
los Hebreos, para que no pensasen que había entre nosotros muchos Bautismos, y
que se podía recurrir a estos cada día como entre ellos se practicaba con las
purificaciones legales: de este modo les exhorta a la penitencia como a único
remedio, y al mismo tiempo les asegura que solo hay una renovación, el
Bautismo, y que no resta después de él otra semejante. Lo mismo dice en otra
carta, una fe y un Bautismo. No dice, pues, que es imposible la penitencia, sino
que es imposible renovamos con pretexto de penitencia: estas dos cosas son muy
diferentes; porque el que hace penitencia, cesa de pecar, pero conserva las
cicatrices de sus heridas. Mas el que recibe el Bautismo, se despoja de hombre
viejo, y se renueva con un nacimiento celestial, que obra en la gracia del
Espiritu Santo. (S. Atanasio, sent. 25, Tric. T. 2, p. l77.)"
"Nuestro
Señor quiso verse tentado así que recibió el Bautismo, para damos a entender
que el demonio combate principalmente contra los que han sido santificados:
porque los Santos son a los que más desea vencer. (S.
Hilario, in Matth., c. 3, sent. 22, Tric. T. 2, p. 263.)"
"Consiste
principalmente la fuerza y virtud del bautismo en el pacto que en él hacemos
con Dios, de vivir con una segunda vida más pura y perfecta que la primera; por
los cual, cada uno de nosotros debe vivir con grande temor, y guardar su corazón
con exactísimo cuidado, para no faltar a un pacto tan divino. Porque si los
hombres toman a Dios por testigo para asegurar la alianza que contraen con otros
hombres, ¿cuánto más peligroso será violar la que hemos hecho con el mismo
Dios, y ser no solamente reos de nuestros pecados, sino también de la culpa de
haber faltado a la palabra que tan solemnemente hemos jurado ante el tribunal de
la suprema Verdad? (S.
Gregorio Nacianc., Orat.
40, sent. 48, Trie. T.
3, p. 360.)"
"Todos los que estamos bautizados en Cristo, fuimos bautizados en su muerte. Si nos hemos conformado a su muerte, ya en adelante ha muerto en nosotros todo pecado:... huye, pues, de nosotros execrable e infeliz; pues pretendes despojar a un muerto que en otro tiempo estuvo contigo, y por los deleites sensuales había perdido el sentido. El que ha muerto no tiene amor a los cuerpos, ni le cautivan con las riquezas; el que ha muerto, a nadie calumnia, ni miente, ni roba. (S. Greg. de Nisa, de Bapt. Chr., sent. 13, adic. Trie. T. 4, p. 364.)"
"De tres modos se perdonan los pecados. Por el Bautismo se quitan, con la caridad se cubren, y con el martirio ya no se le imputan al mártir. (S. Jerón., in Psal. 31, sent. 1 I, adic. Trie. T. 5, p. 355.)"
"Al que ha vivido muchos años después de su Bautismo, no le basta no haber hecho mal; en este es muy grande mal no haber hecho bien alguno, habiendo tenido tiempo. El Bautismo nos libró de todos los males, que son los pecados: pero con la gracia de Dios debemos cumplir, con todo lo bueno: para que no suceda, por no ocuparnos con las buenas obras, que vuelva el espíritu inmundo que arrojó de nosotros la gracia de Jesucristo; y hallándonos vacíos de buenas obras, traiga consigo siete espíritus más malos que él, y se ponga el hombre en otro estado peor que el primero. (S. Cesáreo de Arles, Serm. 64, senl. 12, Trie. T. 9, p. 45 y 46.)"