San
Mateo
EnciCato
Apóstol y evangelista. El nombre Mateo se deriva del hebreo Mattija, que es
reducido a Mattai en el hebreo post-bíblico. En griego a veces se escribe
Maththaios, BD, y a veces Matthaios, CEKL, pero los estudiosos de gramática no
se ponen de acuerdo en cuanto a cuál de las dos palabras es la original. El
nombre de Mateo se menciona cinco veces en el Nuevo Testamento. Primero, en
Mateo 9:9, cuando Jesús lo llama para que lo siga, y otras cuatro veces más en
la lista de los Apóstoles: En Lucas 6:15 y Marcos 3:18, en donde se le menciona
como al séptimo apóstol, y en Mateo 10:3 y Hechos 1:13 en donde ocupa el octavo
lugar. El hombre designado en 9:9 como "sentado al banco de los tributos
públicos" y "llamado Mateo" es el mismo que Levi, quien aparece en Marcos 2:14 y
Lucas 5:27 como "sentado al banco de los tributos públicos". El conteo en los
tres sinópticos es idéntico; el vocablo de Mateo-Levi es aludido en los mismos
términos. De ahí que Levi haya sido el nombre original del hombre que
subsecuentemente fuera llamado Mateo. El Maththaios legomenos de Mateo 9:9 lo
indica. El hecho de que un hombre posea dos nombres es una ocurrencia frecuente
entre los judíos. Es cierto que la misma persona normalmente tenga un nombre
hebreo como "Shaoul" y un nombre griego, Paulos. Sin embargo, también tenemos
ejemplo de individuos con dos nombres hebreos como por ejemplo José-Caifás,
Simón-Cefas, etc. Es probable que Mattija, "regalo de Iaveh", sea el mismo
nombre que Jesús le confirió al recaudador de impuestos cuando lo llamó al
Apostolado, y que él así haya sido conocido en adelante entre sus hermanos
cristianos, siendo Levi su nombre original. Mateo, el hijo de Alfeo (Marcos
2:14) era un gálata (aun cuando Eusebio nos informa que era sirio). Como
recaudador de impuestos en Capernaun recolectó derechos aduanales para Herodes
Antipas. Aunque era un judío, era despreciado por los fariseos quienes odiaban a
los Publicanos. Cuando fue llamado por Jesús, Mateo se levantó, lo siguió y le
ofreció un banquete en su casa, en donde recaudadores de impuestos y pecadores
estaban sentados a la mesa con Cristo y sus discípulos. Esto levantó una
protesta por parte de los fariseos a quienes Jesús reprendió con las siguientes
palabras de consuelo: "Porque no he venido a llamar al justos, sino a
pecadores". En los Evangelios no hay más alusiones posteriores hechas a Mateo,
con excepción en la lista de los Apóstoles. Como discípulo y apóstol siguió a
Cristo, acompañándolo hasta el momento de su Pasión. En Galilea fue uno de los
testigos de su Resurección. El también estuvo entre los apóstoles que estuvieron
presentes durante la Ascensión; después se retiraron a una cámara superior en
Jerusalén en donde oraron en unión de María, la madre de Jesús, y de sus
hermanos (Hechos 1:10 and 1:14).
De la subsecuente carrera de Mateo tenemos solamente datos inexactos o
legendarios. San Irineo nos dice que Mateo predicó el Evangelio entre los
hebreos; San Clemente de Alejandría dice que lo hizo por quince años, y Eusebio
mantiene que, antes de irse a otros países, él les dejó su Evangelio en su
lengua materna. Escritores antíguos no se ponen de acuerdo en cuanto al número
de países que Mateo evangelizó, pero casi todos mencionan a la Etiopía al sur
del Mar Caspio (no la Etiopía en Africa), algunos a Persia y al reino de los
Partenses, a Macedonia y a Siria. De acuerdo a Heracleon, quien es citado por
Clemente de Alejandría, Mateo no murió como mártir, pero esta opinion entra en
conflicto con todos los demás testimonios antíguos. Añadamos, sin embargo, que
el recuento de su martirio en los escritos griegos apócrifos titulados "Martyrium
S. Matthæi in Ponto" y en los publicados por Bonnet, "Acta apostolorum apocrypha"
(Leipzig, 1898), están totalmente desprovistos de valor histórico. Lipsius
sostiene que el "Martyrium S. Matthæi", que contiene rastros de Gnosticismo,
debió de haber sido publicado en el siglo III. Hay un desacuerdo en el lugar en
donde se llevó a cabo el martirio de San Mateo y también en el tipo de tortura
que le fue inflinida, por lo tanto se desconoce si fue quemado, apedreado o
decapitado. El Martirologio Romano simplemente dice: "S. Matthæi, qui in
Æthiopia prædicans martyrium passus est". Varios escritos que actualmente son
considerados apócrifos le han sido atribuídos a San Mateo. En el "Evangelia
apocrypha" (Leipzig, 1876), Tischendorf reproduce un documento latino titulado
"De Ortu beatæ Mariæ et infantia Salvatoris", supuestamente escrito en hebreo
por San Mateo el Evangelista y traducido al altín por Jerónimo, el sacerdote. Es
una adaptación abreviada del "Protoevangelium" de San Jaime, apócrifo griego del
siglo II.. Este pseudo-Mateo data de la mitad o de finales del siglo VI. La
iglesia latina celebra la fiesta de San Mateo el 21 de septiembre; la iglesia
griega el 16 de noviembre. San Mateo es representado como un hombre alado que
porta en su mano una lanza (como emblema característico).
E. JACQUIER
Transcrito por Ernie Stefanik
Traducido por Marielle Schmitz San Martín
(Dedicado a mi hija Ronny Schmitz San Martín)