El
camino para penetrar en los sufrimientos del Hijo es penetrar
en los sufrimientos de la Madre. Cardenal J. H. Newman. Sermón
para el Dom. III de Cuaresma. Ntra. Sra. en el Evangelio
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Rezar despacio, meditando
estos dolores:
1º
Dolor
La profecía de Simeón en
la presentación del Niño Jesús.
Virgen
María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una
espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús,
y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra
redención como corredentora sería a base de dolor; te acompañamos
en este dolor. . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos
dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.
Dios
te salve, María,…
2º
Dolor
La huida a
Egipto con Jesús y José.
Virgen
María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir
precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al
ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de
muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te
acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz
que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.
Dios
te salve, María,…
3º
Dolor
La pérdida
de Jesús.
Virgen
María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al
perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué
le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu
cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los
méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos
caminos.
Dios
te salve, María,…
4º
Dolor
El
encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario.
Virgen
María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al
ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas,
llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era
creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan
grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después
de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero
Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo
hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en
cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la
frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor
sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan
grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a
nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos
del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos
ser humildes como Él lo fue.
Dios
te salve, María,…
5º
Dolor
La
crucifixión y la agonía de Jesús.
Virgen
María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al
ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo
Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a
nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento
cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor
en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos
del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que
podamos recibir los frutos de la redención.
Dios
te salve, María,…
6º
Dolor
La lanzada
y el recibir en brazos a Jesús ya muerto.
Virgen
María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al
ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como
si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo
del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino
también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido
en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo
devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también
víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor . . . Y,
por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos
amo.
Dios
te salve, María,…
7º
Dolor
El
entierro de Jesús y la soledad de María.
Virgen
María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al
enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el
universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último
momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el
trance de la muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más
injusta que se haya podido dar en todo el mundo en todos los siglos;
siendo la suprema inocencia y la bondad infinita, fue torturado y
muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate
por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le
acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola,
llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos
del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que
te pedimos…
Dios
te salve, Maria,…
Gloria al Padre .
1.
La Santísima Virgen María manifestó a Sta. Brígida que concedía
siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas
y dolores y rezando siete Avemarías:
-
Pondré
paz en sus familias.
-
Serán
iluminados en los Divinos Misterios.
-
Los
consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
-
Les
daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad
adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
-
Los
defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y
protegeré en todos los instantes de su vida.
-
Los
asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el
rostro de su Madre.
-
He
conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen esta
devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida
terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados
todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación
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