Comunicado vaticano aclara la renuncia
del Papa al título de «patriarca de Occidente»
Emitido por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 22 marzo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos el comunicado del Consejo Pontificio para la Promoción de los
Cristianos, emitido este miércoles, con el que se explica la decisión de
Benedicto XVI de suprimir el título papal de «Patriarca de Occidente» en el
«Anuario Pontificio 2006».
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En el «Anuario Pontificio 2006» falta, en la lista de los títulos del Papa, el
título de «patriarca de Occidente». Esta ausencia ha sido comentada de
diferentes maneras y exige una aclaración.
Sin pretender considerar la compleja cuestión histórica del título de patriarca
en todos sus aspectos, se puede afirmar desde el punto de vista histórico que
los antiguos patriarcas de Oriente, fijados por los Concilios de Constantinopla
(381) y de Calcedonia (451), hacían referencia a un territorio circunscrito con
bastante claridad, mientras que el territorio de la Sede del obispo de Roma
quedaba impreciso. En Oriente, en el ámbito del sistema eclesiástico imperial de
Justiniano (527-565), junto a los cuatro patriarcados orientales
(Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén), el Papa era considerado
como patriarca de Occidente. Por el contrario, Roma privilegió la idea de las
tres sedes episcopales de Pedro: Roma, Alejandría y Antioquía. Sin usar el
titulo de «patriarca de Occidente», el IV Concilio de Constantinopla (869-870),
el IV Concilio de Letrán (1215) y el Concilio de Florencia (1439), presentaron
al Papa come primero de los cinco patriarcas de entonces.
El titulo de «patriarca de Occidente» fue utilizado en el año 642 por el Papa
Teodoro I. A continuación sólo volvió a aparecer en raras ocasiones y no tuvo un
significado claro. Su florecimiento tuvo lugar en los siglos XVI y XVII, en el
marco de la multiplicación de títulos del Papa. En el «Anuario Pontificio»
apareció por primera vez en 1863.
En estos momentos, el significado del término «Occidente» alude a un contexto
cultural que no se refiere únicamente a Europa Occidental, sino que se extiende
desde los Estados Unidos a Australia y Nueva Zelanda, diferenciándose de este
modo de otros contextos culturales. Obviamente, este significado del término
«Occidente» no pretende describir un territorio eclesiástico, ni puede ser
empleado como definición de un territorio patriarcal. Si se quiere dar a este
término un significado aplicable al lenguaje jurídico eclesial, se podría
comprender sólo como una referencia a la Iglesia latina. Por tanto, el titulo
«patriarca de Occidente» describiría la especial relación del obispo de Roma con
esta última, y podría expresar la jurisdicción particular del obispo de Roma
para la Iglesia latina.
Por tanto, el titulo de «patriarca de Occidente», que desde el inicio era poco
claro, con el desarrollo de la historia se hizo obsoleto y prácticamente
imposible de utilizar. Por eso, no tiene sentido insistir en mantenerlo, sobre
todo teniendo en cuenta que la Iglesia católica, con el Concilio Vaticano II,
halló para la Iglesia latina en la forma de las Conferencias Episcopales y de
sus reuniones internacionales de Conferencias Episcopales, el ordenamiento
canónico adecuado para las necesidades actuales.
Abandonar el título de «patriarca de Occidente» no cambia claramente nada con
respecto al reconocimiento, declarado tan solemnemente por el Concilio Vaticano
II, de las antiguas Iglesias patriarcales («Lumen Gentium», 23). La renuncia a
este titulo quiere expresar un realismo histórico y teológico y, al mismo
tiempo, quiere ser la renuncia a una pretensión, renuncia que podría ayudar al
dialogo ecuménico.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]