ANIMAR GRUPOS DE NIÑOS

Tomado de la Diócesis de Pamplona-Tudela

 

1. Preparación remota La animación de un grupo exige una preparación personal del catequista: • Estudiar el tema (lo que uno sabe de ese tema, lo que dice el libro, lo que se preparó con todo el grupo de catequistas, lo que dicen otros libros de consulta...). • Determinar el desarrollo del tema teniendo en cuenta al grupo concreto (sus miembros, la geografía donde se reúne el grupo, la historia del grupo...). • Hacer él personalmente lo que propondrá después al grupo. • Rezar y asimilar el tema

2. Preparación próxima El día del encuentro, antes de la reunión: • Cuidar que todo esté a punto. • Cuidar el local (si lo encuentran mal ya se predisponen para la indisciplina; calor, frío, ruidos, ventilación). • Cuidar de que lo que se va a proponer esté todo para realizar las actividades (pizarra, tizas, casete,tijeras, cinta adhesiva, papel...). • La Biblia, los libros, pensar en lo que se pueden olvidar los miembros más distraídos...

3. Acogida de los niños

Es importante que los niños se sientan esperados:

• Que vean que el catequista llega antes. • Que vean que todo está preparado. • Que le vean tranquilo, centrado en los miembros del grupo, no en preparar cosas. • Que salude a los adultos que acompañan a los niños. • Que pregunte o recuerde alguna frase o anécdota o situación familiar de los niños. • Que observe cómo vienen de cansados, de frescos... • Que se preocupe de los ausentes

4. Los momentos o etapas de la reunión

El tiempo de la reunión no es igual todo él. • El inicio: saludo, situarnos, mirar, recordar... Quizás orar... • Volver la vista atrás: hacia la reunión anterior para dar continuidad a las cosas, a los temas, a las reuniones... • Planteamiento del tema, de la actividad, de la sesión... la propuesta la profundización: teórica, o por actividades la interpelación la interiorización… • Síntesis. lo hecho, lo que queda, lo que concretamos... • Oración

5. El diálogo y las preguntas

Conducir un diálogo y hacer preguntas tiene su arte y su ciencia. Para que exista diálogo tiene que haber: • Clima de escucha y atención. • Centrar la mirada en las palabras y gestos del que habla. • Entender lo que el otro dice y ser capaces de reformularlo con las propias palabras: (“Si he entendido bien, tú quieres decir...”). • Proponer preguntas y suscitarlas. • Es mejor que en el grupo haya una sola pregunta que muchas a la vez. La pregunta tiene también mucha importancia. Hay preguntas:  Cerradas: Tú dices que Jesús es bueno; ¿quieres decir que era bueno con los que encontraba?.  Abiertas: Tú dices que Jesús era bueno; ¿qué quieres decir con eso? ¿Qué entiendes tú con lo que pronuncias?.

• El silencio no es malo. En ocasiones es la única posibilidad para decir algo interesante. Sin pensar las cosas no hay buenas cosas...

6. Las situaciones difíciles

Pueden surgir situaciones difíciles: • Por el número de los participantes (muchos, pocos...). • Por las relaciones entre los miembros del grupo (peleas, rivalidades, complicidades...). • Por el tema que se trata. • Por el comportamiento de algunos miembros difíciles. • Por la hora en laque se tiene la reunión. • Por la indisciplina de algunos miembros. • Por el silencio de los tímidos. • Por el desacuerdo con el animador. • Por las circunstancias que rodean el ambiente de la reunión.

7. Después de la reunión de grupo

El grupo no acaba con la reunión. El tiempo antes y el tiempo después de la reunión son tiempos importantes para el animador y para cada miembro. Antes y después, el animador tiene la oportunidad de decir una palabra personal a cada miembro sin que los demás la oigan, interrogar, pedir explicaciones personales de frases, de comportamientos, de silencios, etc. También pronunciar palabras de ánimo, de aliento, de cercanía.

Después de la reunión, el catequista tiene que hacer su diario personal: • Balance de la reunión. • Elementos que han funcionado bien (preguntas, oraciones, actividades...). • Elementos en los que se sintió perdido o que no dieron el resultado esperado... • Preguntas que le surgen al catequista sobre la pedagogía empleada, sobre los contenidos, sobre lo que ha salido en el diálogo, sobre lo que no supo dar razón... • Detalles que quiere confrontar o preguntar a catequistas más veteranos... para aclararse. • Sólo autoevaluándose puede un catequista ir avanzando y adquiriendo experiencia.