¿Acepta la Iglesia el matrimonio mixto?
Fuente: El Teólogo Responde
Autor: P. Miguel Ángel Fuentes, V.E.
Ciertamente que está permitido. Se denomina “matrimonio mixto” al matrimonio
entre un católico y un bautizado no católico; y cuando se trata de un católico
con un no bautizado “matrimonio con disparidad de culto”. Le transcribo al
respecto cuando dice el Catecismo de la Iglesia Católica en los números
1633-1637:
“En numerosos países, la situación del matrimonio mixto (entre católico y
bautizado no católico) se presenta con bastante frecuencia. Exige una atención
particular de los cónyuges y de los pastores. El caso de matrimonios con
disparidad de culto (entre católico y no bautizado) exige aún una mayor
atención.
La diferencia de confesión entre los cónyuges no constituye un obstáculo
insuperable para el matrimonio, cuando llegan a poner en común lo que cada uno
de ellos ha recibido en su comunidad, y a aprender el uno del otro el modo como
cada uno vive su fidelidad a Cristo. Pero las dificultades de los matrimonios
mixtos no deben tampoco ser subestimadas. Se deben al hecho de que la separación
de los cristianos no se ha superado todavía. Los esposos corren el peligro de
vivir en el seno de su hogar el drama de la desunión de los cristianos. La
disparidad de culto puede agravar aún más estas dificultades. Divergencias en la
fe, en la concepción misma del matrimonio, pero también mentalidades religiosas
distintas pueden constituir una fuente de tensiones en el matrimonio,
principalmente a propósito de la educación de los hijos. Una tentación que puede
presentarse entonces es la indiferencia religiosa.
Según el derecho vigente en la Iglesia latina, un matrimonio mixto necesita,
para su licitud, el permiso expreso de la autoridad eclesiástica. En caso de
disparidad de culto se requiere una dispensa expresa del impedimento para la
validez del matrimonio Este permiso o esta dispensa supone que las dos partes
conocen y no excluyen los fines y las propiedades esenciales del matrimonio, así
como las obligaciones que contrae la parte católica en lo que se refiere al
bautismo y a la educación de los hijos en la Iglesia católica.
En muchas regiones, gracias al diálogo ecuménico, las comunidades cristianas
interesadas han podido llevar a cabo una pastoral común para los matrimonios
mixtos. Su objetivo es ayudar a estas parejas a vivir su situación particular a
la luz de la fe. Debe también ayudarles a superar las tensiones entre las
obligaciones de los cónyuges, el uno con el otro, y con sus comunidades
eclesiales. Debe alentar el desarrollo de lo que les es común en la fe, y el
respeto de lo que los separa.
En los matrimonios con disparidad de culto, el esposo católico tiene una tarea
particular: ‘Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la
mujer no creyente queda santificada por el marido creyente’ (1 Co 7,14). Es un
gran gozo para el cónyuge cristiano y para la Iglesia el que esta
‘santificación’ conduzca a la conversión libre del otro cónyuge a la fe
cristiana El amor conyugal sincero, la práctica humilde y paciente de las
virtudes familiares, y la oración perseverante pueden preparar al cónyuge no
creyente a recibir la gracia de la conversión”.